por Cos-26940 » 08 Dic 2012, 15:28
Pienso que cada caso es muy particular y es delicado pues si se sugiere o recomienda divorciarse se puede caer en un error.
Dentro de las particularidades está el contexto del caso. Cuando nuestro Señor Jesucristo responde a esto se debe (lo entiendo así) a que en ese tiempo amparado por una interpretación de las normas de Moisés el varón (curiosamente solo ellos podían) pedía carta de repudio que viene siendo en nuestros tiempo algo similar y por tanto se cometían injusticias contra la persona afectada y beneficio absoluto para el demandante. Eso era un desastre.
Viendo con atención el programa del Dr. Luis Palau por Enlace esta semana, se dieron muchos casos donde la persona decía que ya no soportaba esa relación y que quería divorciarse. Muy atinadamente el Dr. Palau lleva a la persona a reflexionar procurando sostener la relación al máximo.
Creo que el tema es un asunto más de conciencia que de cualquier otra cosa pues dentro de las salidas cómodas está buscar un "huequito" por donde salirme y cualquier cosa decir " a mí me lo aconsejaron", "lo leí por ahí", es decir, no fue mi decisión.
Siempre es bueno 3 cosas: 1- la primera y la más importante que es orar pidiendo dirección al Señor para que el Espíritu Santo sea el que guíe. 2- buscar al menos opiniones de 3 personas diferentes (aquí es recomendable al máximo contar con la versión de la contraparte) y 3- si no se puede más ir paso a paso, dando tiempo a una reversión, hasta llegar a una posible separación de cuerpos como acto extremo si la situación persiste.
Se supone que el caso puede llegar a manejarse mejor si ambas partes son creyentes en Jesucristo. Pero cuando uno sí y la otra no es más complicado. Aquí el o la creyente debe dar testimonio de vida como cristiano y llegar a ser la solución y no parte del problema.